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Si usted se sale de los chiros en su trabajo, vocifera a diestra y siniestra o usa el sarcasmo y la ironía para apabullar a sus colaboradores, está incurriendo en altos costos para su organización, su carrera y su vida personal.

Empecemos por los costos del negocio. Bien sea usted gerente general, miembro de junta directiva, gerente de área o supervisor de un grupo, significa que tiene una responsabilidad frente a los accionistas en cuanto a la productividad, porque ésta  se refleja directamente en el estado de pérdidas y ganancias. Entrando en detalle, cuando una persona o un equipo se sienten maltratados por su jefe esto genera los siguientes costos directos: 1. Falta de efectividad. El maltrato genera en los colaboradores una dependencia del jefe; nadie opina ni hay pro actividad porque esto genera castigo. El error sirve para aplastar y humillar y no para aprender y mejorar. En términos de eficiencia esto es terrible porque todo debe pasar por la aprobación del jefe y esto castra creativamente al equipo y le hace perder tiempo. ¿Cuánto se pierde en productividad? Estudios de la Universidad de California – Riverside indican que hasta un 30%, lo que ocasiona una lógica disminución de las utilidades; esto sin sumar que la innovación se atrofia y la competitividad se reduce sustancialmente, lo cual, en el largo plazo, puede ser devastador. 2. Aumento de la rotación de personal  y del ausentismo laboral. Análisis especializados indican que estas dos variables sumadas representan, en promedio para Colombia, más un 2% del valor mensual de la nómina. Si a eso le sumamos que la relación con el jefe es una de las tres variables que más influyen en el deseo de una persona por permanecer en su trabajo y aportarle valor, es claro el efecto que tiene el maltrato sobre las utilidades. También hay costos indirectos, no tan fáciles de cuantificar. Por ejemplo, la falta de compromiso, el contagio de otros colaboradores o la lentitud en los procesos generada por el nocivo impacto emocional permanente que afecta y distrae a los grupos de trabajo.

A nivel personal, el precio pagado también es alto. Empecemos por la salud; cada vez que usted maltrata a alguien hay una descarga emocional que se manifiesta en su cuerpo. Esto aumenta el riesgo de dolencias como infarto, espasmos musculares, dolor de cabeza e irritación del colon, por mencionar solo algunas. ¿Vale la pena arriesgar su salud por falta de desarrollo en su inteligencia emocional? Yo digo que no. Por otra parte, su éxito en el trabajo, según estudios de la Universidad de Harvard, se reparte así: 25% depende de su conocimiento y su coeficiente intelectual; 75% de elementos asociados con la inteligencia emocional. Eso significa que si usted tiene una historia de jefe que maltrata, su carrera se ha visto silenciosamente frenada por ello; no importa en qué nivel esté, debería estar mejor.

Lo importante es que eso puede cambiar; solo necesita concientizarse, hacerse responsable de su problema y tomar acciones concretas para fortalecer su capacidad de liderazgo y desarrollar todo su potencial. ¡Atención! Si usted es accionista o está en una junta directiva, vale la pena que empiece a entender qué tipo de liderazgo hay en la organización y cómo se puede potenciar; la rentabilidad está en juego, día tras día, proceso tras proceso.

 

Autor:

Santiago Jimenez

Coach y consultor

santiago@santiagojimenez.co